jueves, 21 de mayo de 2009

LA PÍLDORA DEL DÍA DESPUÉS A DEBATE

Parece ser que en pocos meses se podrá adquirir este anticonceptivo de emergencia en cualquier farmacia, sin receta médica y por 20€. Y, evidentemente, este tema lleva polémica.

Hasta ahora, estas píldoras se recetaban (o daban) bajo supervisión médica en los centros de salud o de planificación familiar. Existía un control, como mínimo de stock, que mantenía la alerta en ámbar intermitente. Pero ahora qué…

Debemos tener en cuenta que esto no deja de ser un medicamento que altera el ciclo “normal” del cuerpo femenino y que no se puede tomar a la ligera. Incluso los estudios médicos dicen que no es recomendable tomarlas habitualmente. Para mantener relaciones sexuales seguras (ya sea para prevenir el embarazo o enfermedades) existen diferentes tipos de anticonceptivos plenamente aceptados y de eficacia asegurada. Los preservativos (altamente recomendados para las relaciones esporádicas, pues no sólo previenen el embarazo sino también las ETS), las píldoras anticonceptivas (no de emergencia), el anillo vaginal, etc. Hay todo un mundo donde elegir.

No es ningún pecado que exista la píldora del día después. No me malinterpretéis. Realmente puede salvarte de algo no deseado o no conveniente en ese momento. Pero la verdad es que asusta su posible método de uso. Si en las farmacias no existe ningún control, ¿quién dice que la gente no tendrá 4 o 5 cajitas en su casa “por si acaso”? Qué los farmacéuticos sólo podrán suministrar una caja por persona… Eso no es problema: hay cientos de farmacias en las ciudades. Con este nuevo trámite de adquisición, el temido “¿y si…?” puede convertirse en un “no pasa nada” sobre todo entre los grupos adolescentes.

Pero el problema real no está en estas píldoras del día después, sino en la mentalidad de la sociedad. Bien es cierto que un embarazo no deseado (y más según la edad de la chica o mujer) puede llevar a “malos rollos y broncas” familiares. Pero para esto hay una solución: el aborto. No es algo agradable, ni bien visto por muchos círculos sociales… pero ahí está. (También es cierto que no se puede abusar de esta intervención: una vez, despiste; dos…)

Pero, ¿qué remedio hay para las ETS? Tratamientos médicos, intervenciones quirúrgicas, infinitas visitas al doctor y un control como mínimo anual para ver la evolución de la enfermedad… Esto sí es un problema o un malvivir que puede y debe evitarse; pero no con los anticonceptivos de emergencia.

Por eso, antes de debatir sobre el suministro de la píldora del día después, tal vez la sociedad debería pensar y discutir si la educación sexual que damos a nuestros hijos es la correcta. El sexo no puede ser un tema tabú y menos en casa. Tal vez no queramos que nuestros hijos empiecen a mantener relaciones sexuales a una edad que, personal y egoístamente, pueda parecernos temprana; pero eso jamás se podrá evitar. No por retrasar o negar la conversación sexual hará que esto desaparezca. Al contrario: cuánto más prohibida está una cosa y más tabú es, más se quiere probar y hacer (y la impaciencia puede llevar a no pensar). Por tanto, lo que sí puede evitar encontrarse en apuros (sexualmente hablando), no son los anticonceptivos de emergencia ni la abstinencia: el saber nos da poder y, por eso, el conocimiento puede convertirse en nuestro mejor aliado. ¡Hablemos de sexo!

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